lunes, 17 de junio de 2013

Dudando entre bravas de La Mejillonera o Menú Big King

Debo comenzar este texto reconociendo que en contadísimas ocasiones acudo a la prensa inclinada a la izquierda abertzale a informarme. Mi incapacidad para leer en euskera me hacen no adquirir Berria y sólo visito la web de Gara ante noticias que creo que pueden tener buena cobertura ahí o para abrir el campo de visión como lo relacionado con ETA. Pero hoy he vuelto a entrar porque Twitter sirve como filtro de contenidos ya que un par de personas a las que sigo y a las que hago #ff (aunque sea lunes) como son  @irunsheme y @BakartxoR han comentado y retuiteado un artículo de Alberto Pradilla (@albertopradilla, ya que estamos con los nombres de Twitter).

Había leído alguna vez a este periodista (ahora me doy cuenta de que os había mentido en el párrafo anterior ya que he entrado en www.gara.net más veces) y había visto su vídeo como reportero para La Tuerka o leído una entrevista tras regresar de la guerra de Libia en la que Gadafi fue derrocado. No compartimos ideario pero jamás me había sentido incómodo al leerle o escucharle hasta hoy.

Resulta que el texto de hoy del que os dejo el enlace trata sobre el asentamiento de un negocio de matriz estadounidense en la Calle Mercaderes de Pamplona. El autor critica el ejercicio de homogeneización culinario-cultural que supone su implantación y la ruptura con lo que él considera lo "auténtico". Una autenticidad representada por establecimientos de hostelería de un determinado cariz político o social obviando todos aquellos que no lo son. Citando la Herriko y no el Iruña se ignora a la burguesía tradicional pamplonesa; hablando del Katu y no del Juanito nos dejamos aparte a una franja de población de edad más avanzada; mentando el Zuriza y no el Ulzama olvidamos a jóvenes, posiblemente comprometidos con causas diferentes pero que también son Pamplona y también son Casco Viejo.

No voy a ocultar que (por lo que deduzco del texto) al igual que Alberto Pradilla me encuentro más a gusto en una abarrotada Plaza de Nabarreria con Betagarri de fondo que en el San Nicolás (conocido popularmente como La Cocina Vasca) siendo zarandeado por la masa al ritmo de "Ai se eu te pego". Pero no estoy por no reconocer esta realidad del mismo Casco Viejo.

Además parece que se critica al nuevo establecimiento por venir de donde viene cuando anteriormente no hemos criticado la llegada al barrio de retaurantes chinos, árabes, hindís o italianos que seguro que tienen cosas que no nos gustan pero que tienen todo el derecho del mundo a asentarse. Y bien que los disfrutamos sin tener en cuenta la calidad o las sonrisas de quienes nos sirven, faltaría más.

El éxito o fracaso de la nueva hamburguesería dependerá de la gente, que valiéndose de su derecho a decidir qué se mete a la boca podrá elegir entre el menú Big King, las bravas de La Mejillonera, la pizza carbonara de La Pulcinella o el bocata con berenjena de La Barbacoa. La gente que hace Casco Viejo comprando, pasando su tiempo libre, escuchando conciertos o yendo a charlas en el barrio para mi más bonito de Pamplona tendrá la última palabra. El tiempo de la frase de Arnaldo Otegi acerca del McDonald's de Lekeitio en "La pelota vasca: la piel contra la piedra" (os dejo el vídeo) ya pasó.

PD: Comed lo que queráis pero no dejéis de probar el bocadillo de berenjena de La Barbacoa, justo enfrente de la fuente de Nabarreria.


Jau, a las 22:10 horas del lunes, 17 de junio de 2013

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. aisssss

    cerrazón de mente, de alma y de estomago...

    mientras la txapela no permita el acceso de ideas nuevas y aire fresco el internacionalismo y el socialismo quedará lejos...

    una lástima...

    y eso que no he ido ni creo que vaya al citado negocio

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