viernes, 1 de marzo de 2013

SOS Ezkaba

Hasta que no vives en un lugar sin montañas no sabes qué significa poder verlas desde la ventana de tu casa. Lo comprobé en los 9 meses que pasé en Bari en los que todo lo que veía desde mi balcón eran otras casas. Es cierto que cada lugar tiene sus peculiaridades y que disfruté mucho de tener el Adriático a tres minutos andando desde mi portal pero para alguien acostumbrado a ver verde (ahora blanco) tras la ventana no es lo mismo.

Los habitantes de la Cuenca de Pamplona tenemos la inmensa fortuna de disponer a poquísima distancia de paseo de nuestras casas de una montaña de proporciones notables, el monte Ezkaba. Un pulmón para los 300000 habitantes de esta zona de Navarra. Con una altura de 895 metros sobre el nivel del mar (400 por encima de la ciudad) domina una gran extensión de terreno y por ello se aprovechó su cima para situar el Fuerte de Alfonso XII, un gran obra de ingeniería con potente artillería que en poco tiempo resultó obsoleta por el uso de la aviación en la industria militar. Por desgracia este lugar es más conocido por la fuga de mayo de 1938 en la que 795 presos, en su mayoría republicanos, intentaron encontrar la libertad sin apenas éxito.

Acostumbro a pasear algunos fines de semana que me levanto con buen temple por sus pistas y senderos. Unas veces hacia la cima y otras en recorridos circulares. El pasado sábado, a pesar del frío, me dirigí a este monte a caminar unas horas y me encontré una realidad que distaba mucho de la normalidad a la que me tenía acostumbrado.

Desde la pista que asciende de la Chantrea junto a las cocheras de los autobuses del transporte comarcal son innumerables las pintadas recientes en decenas de árboles que alertan de la presencia de supuestos pederastas y pedófilos en las laderas cercanas. Llegado al portillo de Azoz giro a la derecha por la pista que, a media ladera, baja hacia Arre. En cuanto miro a la ladera veo colchones y sofás en la pendiente. Y me pregunto si no es más sencillo llamar a los Traperos de Emaús para que pasen a su recogida cuando son inservibles o depositarlos junto a un contenedor que cargar una furgoneta con todo y subir al monte para... verlos deslizarse ladera abajo. Alguno no se ha enterado de que el vertedero de voluminosos de Ezkaba fue clausurado, y su terreno reverdecido, hace muchos años.

Si los que habéis hecho leéis este blog tened en cuenta que sois unos putos cerdos.
Avanzo por la pista y me encuentro con la primera consecuencia de habernos enfrentado al enero más lluvioso en 130 años. Y lo que ha caído en febrero. El carretil, por el que hasta hace poco podía transitar sin problemas un vehículo de cuatro ruedas, se ha convertido en un sendero por un importante corrimiento de tierras. Paso como puedo por el metro escaso que queda de ancho de pista y una vez al otro lado del corrimiento tomo esta fotografía. Mejor dicho, y para que os hagáis una idea de las dimensiones del corrimiento, el espacio que queda entre el matorral y el corrimiento no llega al metro ni por asomo.

Heavy, eh...

Poco más adelante me encuentro con un clásico de este paseo. Recuerdo que hace un par de años este coche granate que alguien decidió abandonar en mitad del monte estaba junto al camino. Las lluvias y nieves de los últimos años lo han desplazado alrededor de cinco metros por la ladera hacia Arre. Lo que me pregunto es, a no ser que este vehículo haya sido usado para algo "extraño", si no es más sencillo ir al chatarrero y vender la chapa a peso además de los elementos que sean útiles que meterte en el monte con él y volcarlo por el terraplén para que quede ahí para siempre. 

Flipante

Y por último otros ejemplos que encontré más adelante de la fuerza de la naturaleza en esta parte de la montaña de la Cuenca por antonomasia.

Aquí se ve como la pista se ha "hundido" cerca de un metro a  partir de este punto
Este es el mismo corrimiento anterior visto desde la distancia. La pista viene del fondo. Aquí se aprecia bien  lo que ha caído.
Y esta grieta se ha abierto unos metros más abajo.  Para entender  la anchura de esta fijaros  en el ancho de las ruedas de las motocicletas.
Sirva este texto para llamar la atención de la dejadez en la que se encuentra nuestro monte más cercano. Lo que se ve en algunas fotografías es claramente inevitable y sorprendente pero lo de otras es únicamente sorprendente y absolutamente desagradable. Alguien tendrá que hacer algo. Los ciudadanos deben denunciarlo. Luego los dirigentes deben actuar.


Jau, a las 12:17 horas del viernes, 1 de marzo de 2013.
Dándole una vuelta al disco "Life in a beautiful light" de Amy MacDonald.