domingo, 28 de abril de 2013

¿Va sobre cascos y bicis? No, va sobre argumentario político

Siempre digo que cuando tenga mucho dinero, o sea nunca, me compraré una casa en Hondarribia. Una de esas que está en la falda de Jaizkibel desde las que se ve toda la bahía de Txingudi. Montaña y mar al alcance de la mano.

En este pueblo guipuzcoano comienza la historia que os voy a contar. Correría el verano de 2009 cuando estaba trabajando allí con chavales y tocaba dar una vuelta en bicicleta. La norma es clara y hay que llevar chaleco reflectante y casco. Esto no se negocia (son menores y la responsabilidad legal es de los monitores) y suele llevar a la típica bronca pasajera adolescente de "me molesta el casco" o "se me estropea el pelo". Recuerdo a un chaval enjuto, de unos 14 años, quejándose hasta que, al verse sin otra salida, se puso el casco y salimos en ruta.

Tras un rato de paseo dejando a nuestra derecha el río Bidasoa yo, que cerraba la marcha y me había retrasado ligeramente, me encontré un grupo de bicicletas detenidas. Había habido una caída y el chaval enjuto del que he hablado antes se me acercaba con una media sonrisa y un casco partido por la mitad. Le hice ver que ese casco que no se quería poner le había salvado de heridas en la cabeza y que se quedaba conmigo ya que no iba a seguir sin él por motivos evidentes de seguridad.

Todo esto viene a una noticia con la que me levanté ayer y que movió un poco mi cuenta de Twitter. El viernes se debatió en el pleno del Ayuntamiento de Pamplona pedir a la Dirección General de Tráfico que no aplique la obligatoriedad del uso del casco en bicicleta en ciudad. Y a mi, como a la mayoría del Pleno, me parece bien. No estoy por obligar a que la gente haga nada que no desea a pesar de que yo uso el casco en la bicicleta siempre y el 100% de mis desplazamientos son urbanos.

Pero lo grave no es lo que voten ya que si lo hacen en conciencia estará bien; es el argumentario. La política (local, regional o nacional) se ha convertido en un enfrentamiento entre bloques bastante ridículo en el que los cerebros de los concejales, parlamentarios o diputados parece que se desconectan para ser enchufados al disco duro del ideario de su partido o coalición. Porque es curioso que en un tema tan poco político como este que estoy tratando los votos sean de partidos de derecha contra... (iba a poner partidos de izquierda pero...) partidos en la oposición. Si no es así no entiendo cómo alguien puede decir, por ejemplo, que el casco es inútil. Me enseñaron en matemáticas en la universidad que para demostrar que algo es cierto hay que hacerlo para todos los casos y para demostrar que no lo es basta con mostrar un caso puntual. Por tanto el silogismo dice que si el casco en la bicicleta no es inútil en un caso yo no es inútil en general. Y no creo que para llegar a esta conclusión haga falta hacer trabajo de campo sobre siniestralidad en las dos ruedas.

Pueden venir 254 holandeses, suecos y belgas a decirme que con el uso obligatorio del casco baja el uso de la bicicleta. Y estoy de acuerdo. Y podrán decirme que la mayoría de las lesiones que se producen en accidentes de bicicleta no afectan a la cabeza. Y también estoy de acuerdo. O que el problema es la educación al manillar o el correcto diseño de los carriles-bici. "Sí a todo". Pero no digan nunca más que el casco es inútil. No lo hagan por el bien de esos chavales que filtran la información para adecuarla a sus necesidades y al que sólo hace falta leer eso para negarse a ponerse un casco "porque en el Ayuntamiento han dicho que es inútil".

Trabájense su argumentario y, por favor, si les pasan un dossier en el que basarse con el que no están de acuerdo no lo usen. Hay cosas con las que creo que no pueden comulgar, por mucho que les sirva de ariete contra los del otro bando.


Jau, a las 13:07 horas del domingo, 28 de abril de 2013.

Escuchando Love of Lesbian que en breve hay concierto.

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